SATISFACCIÓN
Nacemos, crecemos, estudiamos, trabajamos, formamos una familia y nos morimos.
Esa es, masomenos en términos generales, lo que la sociedad nos dice que tenemos que hacer para estar felices. Suena bien, suena simple, pero lo que nadie nos dices es que el “cómo tenemos que hacerlo” depende absolutamente de nosotros.
El problema llega cuando no sabemos cómo hacerlo por nuestra cuenta y empezamos a comparar nuestras vidas con la de los demás y masomenos sacar una idea de lo que queremos; “quiero esa vida que tiene esa persona”.
Eso nos lleva a esforzarnos mucho para conseguir lo que esa otra persona ya consiguió. En ese camino, nos solemos frustrar por dos motivos: 1. Porque si lo alcanzamos nos damos cuenta que no es lo que queríamos, y 2. Porque si no lo alcanzamos empezamos con esos pensamientos negativos y pesimistas con los que solemos chancarnos emocionalmente, “no sirvo para esto”.
¿Sabes en dónde está la raíz del problema querido coachee? ¡Esa vida en la que estás trabajando duro no es la tuya!
Según el diccionario, la satisfacción es el sentimiento de bienestar o placer que se tiene cuando se ha colmado un deseo o cubierto una necesidad.
La pregunta es: ¿cuáles son TUS deseos o necesidades?
Querido coachee, tómate un tiempo para descubrir qué es lo que realmente quieres para tu vida, tómate un tiempo para conocerte y reconocerte lo suficiente para saber cuáles son tus deseos más profundos y constantes y tomarlos en cuenta sin que te importe lo que digan o piensen los demás.
Cuando logres eso, finalmente tendrás un real objetivo de vida por el cual luchar y trabajar duro. La ventaja de esto es que el camino, por más duro que sea, será muy satisfactorio.
La vida se trata de estar satisfecho con lo que se logra, con lo que se alcanza y sobretodo, con uno mismo. Eso nos lleva hacia la felicidad.
Recuerda: es tu vida, tú decides.
Fuerte brazo,
Coach Eduardo.