CUANDO TU ANSIEDAD DECIDE
Querido coachee, ¿Alguna vez has tomado una decisión solo para calmar la incomodidad del momento? Tal vez dijiste “sí” a algo que no querías hacer, renunciaste a un proyecto que te daba miedo o reaccionaste impulsivamente con alguien que amas. Las decisiones tomadas desde la ansiedad suelen sentirse como un alivio momentáneo, pero a la larga, dejan un mal sabor.
¿Cómo afecta la ansiedad la toma de decisiones?
La ansiedad es como un botón de emergencia que se activa en nuestra mente. Nos pone en modo “lucha o huida” y desconecta nuestro pensamiento racional. En lugar de analizar con calma, actuamos con urgencia, buscando escapar del malestar. Esto nos lleva a decisiones rápidas que no siempre reflejan lo que realmente queremos o necesitamos.
Ejemplo: alguien que teme fracasar puede rechazar una oportunidad laboral increíble solo para evitar el estrés de enfrentar nuevos retos.
Las consecuencias de decidir desde la ansiedad
Cuando la ansiedad manda, las decisiones suelen tener un costo emocional alto. Algunas de las consecuencias más comunes son:
Arrepentimiento: “¿Por qué no esperé un poco más?”
Desconexión con tus valores: priorizas lo urgente sobre lo importante.
Relaciones dañadas: responder de manera impulsiva puede herir a los demás.
Cómo evitar tomar decisiones desde la ansiedad
No se trata de eliminar la ansiedad, porque es parte de la vida, sino de aprender a gestionarla antes de decidir. Aquí hay tres pasos clave:
Pausa y respira.
Cuando sientas que la ansiedad está ganando, haz una pausa. Respira profundo varias veces. Esto calma tu sistema nervioso y te da un espacio para pensar con más claridad.Evalúa tus opciones.
Pregúntate:¿Estoy decidiendo desde el miedo o desde lo que realmente quiero?
¿Qué decisión reflejaría mis valores y metas a largo plazo?
Busca apoyo.
Hablar con algún profesional o con alguien de confianza puede darte una perspectiva más objetiva. A veces, necesitamos salir de nuestra mente para ver la situación con más claridad.
Decidir desde la ansiedad es como navegar en aguas turbulentas: difícil y agotador. Pero con práctica, puedes aprender a calmar esas aguas antes de tomar el timón. Recuerda: una decisión consciente es un acto de amor propio y de confianza en tu capacidad para manejar cualquier situación.
Abrazo grande,
Coach Eduardo.